After Abortion Healing and Reconciliation for Catholic Women and Men (or Catholic-Friendly) Serving San Diego, and Escondido CA
Our retreats are recognized by the Catholic Diocese of San Diego
"Cristo hainvertido en ti"
Esta frase contiene una verdad poderosa: que Dios, a través de Jesucristo, nos ha confiado a cada uno de nosotros dones sagrados y un propósito divino, esperando que los desarrollemos y vivamos para un bien mayor.
Así es como me veo hoy.
Me llamo Lulu Valdivia. Soy madre de dos hijos: Moisés (22 años) y Juan (14 años). He estado casada durante 31 años con Cenovio Valdivia.
Llegué a este ministerio hace casi 20 años, durante la temporada más devastadora de mi vida: la pérdida de mi bebé no nacido, que murió en mi vientre a las 7 semanas.
Recuerdo, con dolor, cómo un hombre-mi jefe en ese momento-me obligó a ir con él a una clínica de aborto. Solo tenía 21 años, tratando desesperadamente de ayudar a mi madre soltera, que criaba a 11 hijos después de ser abandonada por mi padre. Habíamos perdido todo-nuestro hogar, nuestros amigos y nuestra familia. Yo era su esperanza. Pero por dentro, estaba rota, confundida y perdida.
Lejos de casa, buscando comida y refugio, pero más que nada, compasión y significado en mis decisiones diarias, terminé en una situación profundamente dolorosa y abusiva. Finalmente, hui, sin que nadie lo notara. Llegué a San Diego con nada más que una débil chispa de esperanza.
Me tomó 13 años finalmente hablar abiertamente sobre mi pasado y la muerte de mi bebé. Luego, Rachel's Hope llegó a mi vida, trayendo consigo luz, sanación y la mano de Dios. Fue el comienzo de una promesa hecha realidad-un nuevo comienzo.
Después de mi retiro, senti el llamado de abrir una puerta para otras mujeres cargando la misma herida. Desde entonces, en la medida de mis posibilidades, he acogido y honrado la historia de cada mujer herida por el aborto, ofreciéndoles la verdad de lo que sucedió, con amor y gracia.
Con la ayuda del Espíritu Santo, Dios me ha concedido Su misericordioso perdón. Me ha ayudado a reconocer la vida sagrada de mi hijo y me ha guiado a reconciliarme con todos los involucrados en ese doloroso capítulo. Dios me reveló Su increíble amor, mostrándome una nueva forma de ver, no con condena, sino con esperanza.
Nada de lo que Dios dice es en vano. Él es lo suficientemente poderoso como para redimir todos nuestros errores. Solo Jesús puede hacer eso.
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree no se pierda, mas tenga vida eterna."-Juan 3:16